Día de Safari – Parte II

Manny escondió al león debajo de su cama cuando sus padres volvieron del paseo para ir a cenar. Cuando cenaban Manny llevaba al león en su mochila para darle trozos de comida de la que ordenaban. A la hora de dormir, metió la mochila con delicadeza debajo de la cama y, mientras sus hermanos lo tapaban para que sus padres no lo vieran, sacó al león de la mochila y lo dejó bajo la cama en donde metió su cola para que el felino jugueteara con ella.
La mañana del día siguiente fue agitada para los tres mapaches quienes estaban siendo muy cuidadosos para evitar que sus padres sospecharan. Los tres metían comida a escondidas dentro de la mochila de Manny; hacían ruido cada vez que el león emitía uno para tapar el sonido; se colocaban detrás de Manny cuando se veía mucho movimiento dentro de la mochila y, además, debían estar pendientes de que Paka (así le pusieron al león) no hiciera sus necesidades dentro de la mochila o en la habitación.
Sin duda, tener una mascota era agotador pues requería mucha atención, cuidado y responsabilidad.
Al atardecer, mamá mapache dijo que todos irían a ver un espectáculo y luego irían a cenar. Entusiasmado, Manny tomó su mochila con Paka adentro dormido, pero al verlo su madre le dijo que no se podía llevar esa mochila manchada de comida al espectáculo.
Tony y Mina dijeron a Manny que no pasaba nada si dejaba “a la mochila” sola por un par de horas, que volverían rápido y no había de que preocuparse. De esta forma lo convencieron. Manny dejó la mochila abierta para que Paka saliera al despertar. Mientras Manny iba caminando hacia el espectáculo sintió que dejar solo al león no era lo correcto.
Cuando regresaron a la habitación todos quedaron horrorizados. Las camas y las paredes estaban desgarradas, el suelo tenia marcas de uñas y las cosas de cada uno yacían rotas en el suelo al lado de un pequeño león que mordisqueaba todo.
Papá y mamá mapache, confundidos y furiosos, decidieron llamar a los trabajadores de la posada por su irresponsabilidad al dejar al descuido un animal salvaje del refugio. Pero antes de que hicieran la llamada Tony dijo que tenían algo que confesar. Manny tomó en brazos al leoncillo y lo puso en su regazo, dejando a sus padres perplejos.
Luego de escuchar todo los padres no sabían que pensar al respeto. Les pareció un buen acto el de Manny al recoger a ese león, pero el quedárselo era un acto imprudente pues no conocen las necesidades de un animal salvaje los cuales comen más que una mascota común. Y como no reprocharles el que lo hayan escondido en su habitación causando así todo ese caos.
—Hijos, es muy importante cuidar bien de las mascotas y más cuando están cachorros porque son más frágiles —dijo papá mapache— Tener una mascota no es solo diversión, conlleva a una gran responsabilidad porque dependen de ustedes para sobrevivir. Y ustedes decidieron dejar a una cría de león sin comida por horas por ir a divertirse. Eso no se hace.
Los tres mapaches se sintieron apenados. Mamá dijo que llamaría a los cuidadores de animales salvajes de la reserva para que se llevaran a Paka, pero los tres pequeños se negaron rotundamente con lágrimas en los ojos porque ellos en verdad querían a Paka. Entonces Manny sugirió que lo conservaran como su mascota, a lo que mamá dijo:
—Los animales salvajes no son mascotas Manny. Ellos necesitan estar con su especie, que es su familia y en su hábitat, que es su hogar, para poder vivir.
Entonces Mina dijo apresurada que haría su casa el hogar de Paka. Mamá continuó.
—Mina, debes entender que los leones necesitan estar en su entorno para estar saludables y que puedan cumplir con su función en el mundo como depredadores. Por eso en esta reserva los cuidan y protegen, para que las especies vivan en armonía y cumplan su función, pues si hay un desequilibrio, es decir, que haya pocos de unas especies o que haya demasiados de otra, traería consecuencias para todo el mundo.
Luego de estas palabras llamaron a los de la reserva quienes se llevaron a Paka al refugio y llevaron a la familia de Manny a otra habitación. Esa noche Manny no pudo dormir pensando en Paka.
Al amanecer la familia fue a ver a la cría de león. Vieron a Paka jugar con otros leoncillos y correr por el amplio espacio que un león necesitaba. Manny y sus hermanos estaban tristes, pero al ver a Paka pasarla bien entre su especie se sintieron felices. Estaban seguros de que estaría bien allí, en su hogar.
Pero no acaba allí dado que Manny recibió un premio por su buena acción de rescatar a una cría de león y le permitieron a él y a su familia pasar tiempo con Paka en lo que restaba de vacaciones.