Enseñando a reciclar

Un día Robby estaba caminando por el patio de la escuela observando todo el lugar. Se percató de que en algunas mesas había bolsas de comida y cajas de jugos vacías. Le pareció de mal gusto que algunos compañeros no fueran capaces de botar su propia basura.  

Robby comenzó a recoger la basura de todas las mesas del colegio dejando todo muy limpio. Luego, fue directo al área en donde se encontraban los contenedores de basura. Allí había 5 contenedores de los cuales cuatro eran para reciclar y uno no lo era. 

 Los contenedores de reciclaje se diferencian del normal porque estos tienen un símbolo de unas flechas blancas que forman un círculo y, además, estos suelen ser de colores llamativos. En cambio, el otro contenedor ni era de colores llamativos ni tenía ningún símbolo. 

Robby miró con detalle los contenedores para recordar que se desechaba en cada uno de ellos.  

Uno era de color verde, en donde se desecha el vidrio; uno azul, para botar el papel y cartón; otro anaranjado, para botar los residuos orgánicos, es decir, desechos de alimentos; había otro amarillo, en donde se desecha el plástico y las latas y, el último, el gris, en donde se colocan cualquier tipo de desecho. Este último es el que no sirve para reciclar. 

Como la basura que había recogido Robby era entre cartón, latas y bolsas, solo debía usar dos de los contenedores. Robby botó en el contenedor azul las cajas de los jugos y en el amarillo las latas y las bolsas. Pero Robby se fijó en que había algo extraño.  

Los contenedores para reciclar estaban vacíos, solo tenían la basura que acababa de botar. “Qué raro”, pensó.  

Entonces, comenzó a revisar todos los contenedores de reciclaje. Ninguno tenía basura. Al ver eso pensó: “Esto no es bueno”. El robot decidió darle un vistazo al contendor gris, que como ya sabes no era para reciclar. “No-puede-ser”, se dijo.  

Para su sorpresa este contenedor estaba repleto de basura de todo tipo, pues tal parece NADIE en la escuela reciclaba, ¿pero cómo iba a ser esto posible si era algo tan importante?, ¿es que acaso nadie sabía que reciclar ayuda a mejorar al medio ambiente? 

Molesto, tomó una iniciativa, y sin importarle lo mal que olía, Robby comenzó a sacar la basura y la botaba en donde correspondía para que todo se reciclara. Cuando terminó apestaba a basura, pero estaba satisfecho con su labor que sin duda ayudaría al mundo. 

—Hueles a basura—dijo Ari que acababa de llegar y estaba a espaldas del robot con una bola de papel en la mano. En ese momento Ari lanzó la bola de papel, depositándola adentro del contenedor verde en donde va solo el vidrio.   

—¡Espera!, ¿Qué haces?—dijo Robby a la vez que se adentró en el contendor verde para sacar la bola de papel— El papel va en el contenedor azul, no en el verde. 

—¿En serio? No sabía eso, pensé que los colores eran por decoración—dijo sin darle importancia al tema. 

—Claro que no, cada color representa el tipo de basura a desechar— dijo Robby. El robot comenzó a decirle a Ari que se desechaba en cada contenedor y luego le dijo—. Reciclar es reutilizar, es decir, volver a usar las cosas desechadas, pero dándoles un nuevo uso. Por ejemplo: Un frasco de vidrio podría convertirse en un florero en tu casa o una caja de cartón podría formar parte de una manualidad. También puedes convertir una botella de plástico en una regadera para plantas o una lata en porta creyones, y muuuchas cosas más. 

—¿Y por qué usaría algo que ya boté como porta creyones si me puedo comprar uno?—preguntó Ari confundido. 

—¿Cómo qué por qué? —dijo Robby irritado. Suspiró para calmarse y dijo— Deberías reciclar porque al hacerlo evitas el aumento de la contaminación del medio ambiente, eso quiere decir que ayudas a que no haya basura en la tierra o en los mares que perjudique la vida de los seres humanos, las plantas y los animales. Además, ayudarías a las fábricas de estos productos a reutilizan estos materiales recuperados por el reciclaje, causando que no tengan que fabricar más, y esto hace que disminuya la cantidad de basura en los vertederos, que por cierto, cada vez son más grandes debido a las inmensas cantidades de desechos que botamos a diario.  

—¿Y por qué si es tan importante nadie en el colegio lo hace?—preguntó Ari con una duda genuina. Si es tan beneficioso el reciclar ¿qué pasaba en su colegio que no lo hacían? 

—¿Y yo que sé?—Exclamó Robby desesperado. Justo en ese momento una estudiante botó una botella de plástico en el contenedor gris. Robby gruñó frustrado y fue a sacar la botella del contenedor. 

Ari no perdió tiempo y llamó la atención de la estudiante que acababa de botar la botella. 

—Oye, ¿por qué no utilizas los contenedores de reciclaje? 

—Ay, es que no se utilizarlos, nunca recuerdo para que es cada color, así que prefiero botarlo en el gris que equivocarme.  

Robby, quien ya tenía la botella en la mano, le dijo que el plástico iba en el amarillo. Le entregó la botella para que ella mismo lo hiciera. La estudiante estaba avergonzada, pero agradeció que le recordaran donde botar sus botellas del agua. 

Entonces Ari pensó que por eso nadie reciclaba, porque no sabía cómo. Pensó: “¿quizás si…? ¡Eso es!”. 

—Robby tengo una idea—dijo entusiasmado el camaleón— debemos enseñarles a todos como reciclar. 

El robot pensó que era una magnífica idea.  

Así fue como se pusieron manos a la obra.  

Durante todo el receso se la pasaron al lado de los contenedores para estar al pendiente de que cada desecho fuese al contenedor correcto. Se dieron cuenta que muchos no reciclaban por qué no sabían. Otros porque, al igual que la estudiante, olvidaban donde iban los desechos y otros porque desconocían los beneficios de reciclar. 

Fue entonces cuando Robby ideó una rima para hacer que los demás recordaran como reciclar. La rima iba así: 

“Hoy te enseñaremos a reciclar, pues el planeta debemos cuidar. 

En el verde has de poner el vidrio del que te quieres deshacer; 
En el amarillo desechar las latas y el plástico, a como dé lugar; 
En el anaranjado debes botar los desechos como: Cascaras, conchas y más; 
Y has de desechar el papel y cartón en el contenedor que de azul es su color.” 

Estuvieron al lado de los contenedores todos los recreos diciendo la rima en voz alta por unas tres semanas. Cuando pasó ese tiempo la mayoría de los estudiantes del colegio aprendieron a cómo reciclar y por qué debían hacerlo. 

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