Nuestros amigos Manny el mapache y Tanu el monstruo decidieron ir a acampar al bosque para pasar un gran día, pero su día se arruinó por la única cosa que hicieron mal: suponer.
Tardaron un poco en llegar por los problemas que presentaba Robby. Sin embargo, cuando estuvieron frente a la ferretería, el dueño, quien era una rana, los vio y al darse cuenta de las dificultades por las que pasaba el robot para moverse y la pingüina para moverlo, no dudo en salir a ayudar.
El día de ir al zoológico había llegado, haciendo que Robby estuviese muy feliz y con muchas ganas de sacar muchas fotografías a los animales con su cámara instantánea. Todo iba bien hasta que al robot, en sus ganas de fotografiar todo, se le ocurrió una muy mala idea que por poco lo deja descompuesto.
Tanu el monstruito prefería pasar las horas del recreo jugando, a diferencia de Manny quien le gustaba más leer en soledad. Esto le parecía absurdo al monstruito, sin embargo, se interesó por la historia de un libro de Manny. ¿Sera que cambiará su opinión sobre la lectura?