Nuestros amigos Manny el mapache y Tanu el monstruo decidieron ir a acampar al bosque para pasar un gran día, pero su día se arruinó por la única cosa que hicieron mal: suponer.
Manny le explicaba todo lo que podía a Tanu mientras este escuchaba y tomaba nota. Tanu se pasó los días previos al examen empapándose de los conocimientos del mapache.
Un día, Robby y Sasha fueron a la playa para probar un invento del robot. Ambos quedaron sorprendidos al ver la cantidad de basura que había en el mar. Pero no fue hasta que probaron el invento de Robby que se dieron cuenta que la vida marina tenía muchas más amenazas que la basura.
Ikia volteó para ver a Tanu y observó como el gran monstruito corría hacia ella con una gran sonrisa en los labios. La guacamaya alzó un ala para saludarlo a la vez que sonreía. Tanu se detuvo frente a la mesa y colocó la lonchera sobre ella para abrirla y mostrar su comida a Ikia quien aguardaba entusiasmada por ver.